5. La gestión de los residuos.
La
generación de residuos forma parte de la vida. Al consumir sus alimentos, los animales desechan
los alimentos una vez que han comido y están satisfechos. Todo lo que
consumen es sometido a un proceso de digestión y metabolización cuyo
resultado es la producción de residuos.
El problema con el que nos encontramos hoy en día es el enorme volumen de residuos sólidos urbanos (RSU) que generamos.
Solo
una pequeña parte del incremento de residuos generados por nosotros se
explica por factores demográficos; el resto se debe a tres causas:
- Los nuevos materiales.
- El exceso de embalaje.
- El aumento del consumo, que es la causa más importante.
El
sistema tradicional de tratamiento de RSU se basa en la recogida de la
basura y su traslado a un vertedero o su incineración; los problemas
asociados a este tipo de vertederos son graves: como consecuencia de la
acción de las bacterias y de las altas temperaturas, la basura se
descompone, producciendo lixiviados (líquidos con sustancias tóxicas disueltas) y gases como metano y dióxido de
carbono. Algunos vertederos han alcanzado grandes proporciones y han llegado a ocasiones graves.
Estos
vertederos siguen siendo abundante en España por lo que los gobiernos
municipales han incluido entre sus prioridades su sustitución por
vertederos controlados. En estos nuevos vertederos la basura se va
depositando en capas y se cubre con un manto de tierra para evitar la
acción de las ratas y la proliferación de malos olores.
Por
otra parte, la incineración puede ser una opción aceptable siempre y
cuando las plantas incineradoras extremen las precauciones para evitar
la difusión de los productos tóxicos resultantes de la combustión. Las
modernas incineradoras permiten aprovechar la energía generada y cuentan
con sofisticados sistemas de filtrado.
El
futuro de nuestro planeta depende principalmente de nuestra capacidad
para reciclar la totalidad de los RSU. El primer paso lo han dado los
ayuntamientos de nuestras ciudades, que han puesto a nuestra disposición
puntos limpios y servicios de recogida a domicilio para los residuos
tecnológicos, además de un número creciente de contenedores selectivos.
También,
cada vez son más los ayuntamientos que han puesto contenedores para
pilas descargadas y para aceite de freír usado que puede emplearse para
la elaboración de jabones y para la fabricación de biocombustible.
5.1. El compostaje de los residuos orgánicos.
El
compostaje era una práctica muy común en el mundo rural antes de que
llegaran los modernos fertilizantes. Consiste en la descomposición de la
materia orgánica en presencia de oxígeno y en condiciones de humedad y
temperatura controladas.
El compost es un excelente abono natural muy
apreciado por los agricultores, que vuelve a ser demandado hoy día para
potenciar la agricultura ecológica.
El
problema del compostaje es que es imposible garantizar que
los residuos orgánicos estén totalmente libres de metales pesados y
otras sustancias tóxicas debido al esfuerzo que se realiza en las
plantas de compostaje para eliminar estas sustancias. Por ello, es
fundamental no arrojar ningun tipo de pila o bateria descargada a la
basura.
5.2 El reciclaje del vidrio.
Las
materias primas con las que se fabrica el vidrio son muy abundantes,
por lo que no existe riesgo de que se agoten. No obstante, es muy importante
reciclarlo por dos motivos fundamentales:
- El vidrio es un material muy estable que tarda miles de años en descomponerse.
- La fabricación de vidrio a partir de materiales reciclados requiere un consumo energético menor, con el consiguiente ahorro en combustibles fósiles y la reducción de emisiones de CO2.
Una vez realizado el proceso de separación, el vidrio es triturado hasta convertirse en un polvo fino denominado calcín.
5.3 El reciclaje de papel y cartón.
El
proceso de reciclaje de papel y cartón es tan sencillo como el del
vidrio. Al igual que éste requiere de una recogida selectiva,
lavado, eliminación de impurezas y separación; tras esta fase se muele
el papel y se mezcla con agua para producir una pulpa que tras su
prensado y secado se convierte en el papel reciclado.
No obstante, el reciclado del papel es bastante más problemático que el del vidrio. Hasta ahora ha sido imposible dar con un
proceso de reciclado que produzca un papel de igual o parecida calidad a
la del papel fabricado con materias primas originales. Por un lado, es imposible eliminar la totalidad de la tinta.
Las
ventajas superan en gran nivel a los inconvenientes: el reciclado de
papel contamina menos, consume menos energía, requiere una cantidad diez
veces menor de agua, y lo más importante de todo previene la
deforestación.
5.4 El reciclaje de plásticos.
El
término plástico hace referencia a toda una gama de polímeros. La
dificultad del reciclaje de los plásticos reside en su
separación.
Los
polímeros termoplásticos son teóricamente fáciles de reciclar. Buena
parte de los plásticos que actualmente utilizamos son de este tipo. Los
principales son el HDPE o PEAD, el LDPE o PEBD, el PET y el PVC. Los
polímeros termoestables son más problemáticos, ya que requieren un
reciclaje a base de disolventes y otros agentes químicos.
Una
solución que poco a poco se está abriendo paso en el mercado de
productos reciclados es la madera plástica, un material cuyo principal
componente es una mezcla de termoplásticos de cualquier tipo a la que se
añaden pequeñas cantidades de madera y a veces algo de metal.
El mayor esfuerzo de investigación está actualmente orientado al reciclaje químico.
5.5 El reciclaje de metales.
La
minería es una actividad que requiere una elevada inversión en
materiales y mano de obra. Por otro lado, los yacimientos de mineral no
suelen ser demasiado grandes, por lo que las minas tienen fecha de
caducidad y continuamente hay que buscar nuevos yacimientos y abrir
nuevas galerías. Otro inconveniente de los metales son los riesgos
laborales que conlleva su extracción, por lo que comprar medidas de
seguridad contribuye a un aumento en el coste de la actividad minera.
Por
todos esos motivos, el reciclaje de metales ha interesado siempre. La
facilidad con la que se recuperan los metales ha hecho que el negocio de
la chatarra genere grandes beneficios.
Las
aleaciones ferrosas son las más fáciles de reciclar; los resultados
saltan a la vista: más de la mitad del acero que nos rodea es reciclado.
Uno
de los metales más atractivos para los chatarreros es el cobre,
presente en la mayoría de conductores eléctricos. El cobre es de fácil
recuperación, ya que no se encuentra mezclado con ningún otro material aparte del plástico aislante, y su precio es alto.
El plomo y el estaño son también metales muy fáciles de reciclar debido a su bajo punto de fusión. Sin embargo el reciclaje del aluminio es más difícil y la calidad del aluminio reciclado depende de su procedencia.
El mercurio es un material altamente contaminante. Debemos sensibilizarnos para reciclarlo correctamente prestando gran atención a los termómetros y las pilas de botón.
El plomo y el estaño son también metales muy fáciles de reciclar debido a su bajo punto de fusión. Sin embargo el reciclaje del aluminio es más difícil y la calidad del aluminio reciclado depende de su procedencia.
El mercurio es un material altamente contaminante. Debemos sensibilizarnos para reciclarlo correctamente prestando gran atención a los termómetros y las pilas de botón.
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